Cuando me emparanoia esta idea, lo primero que hago es pensar que habría que decidir que velocidad es andar y cual correr. Si nos fueramos a los extremos, y andaramos lo más lentos posible, y corríeramos lo más rápido posible, estaréis de acuerdo conmigo en que entonces nos mojaríamos más andando, puesto que casi estaríamos parados y tardaríamos muuuuuuucho tiempo en llegar a nuestra meta.
Supongamos que queremos recorrer 100m (pista de atletismo). Y vamos dando pasos como si fueramos buscando el billete de 20€ que se nos acaba de caer. Nos pondríamos pingando. Ahora supongamos que lo hacemos corriendo con todas nuestras fuerzas, nos mojaríamos, si, pero sobretodo por la parte delantera, nuestra espalda debería permanecer bastante seca. De hecho, si fueramos a la velocidad de la luz, la velocidad con que caen las gotas serían despreciables, estarían como suspendidas en el aire, y sólo nos mojarían aquellas que estuvieran en nuestra trayectoria porque chocaríamos con ellas. Si fueramos pisando huevos nos caería tanta agua como la resultante del producto del caudal de lluvia, por la superficie expuesta por el tiempo expuesto. Osea, un montón de agua.
Lógicamente esto es sólo un repaso superficial sobre la cuestión, en una situación ideal, sin viento, con lluvia constante. Se podría profundizar más y ser más puristas, pero para transmitir mi idea y provocar algunas inquietudes creo que es suficiente. Pensando así es como me animo a correr cuando llueve, porque yo, corro.
Y ahora el trabajo de gabinete:
He estado viendo diferentes páginas de internet, y dos programas de cazadores de mitos. Empezaré por esto último porque fue lo que motivó esta entrada en el blog.
En un episodio, el primero de la primera temporada (después de tres episodios piloto), los cazadores de mitos, Jamie Hyneman y Adam Savage, pretendían desvelar justo esta pregunta que algunos eruditos siempre se han hecho. Si no recuerdo mal, en el episodio lo plantearon muy bien, teóricamente. Se pusieron unos trajes de látex u otro material impermeable, y se vistieron sobre el latex, después de pesar la ropa seca. Se expusieron a la lluvia recorriendo una distancia constante, a distintas velocidades y pesaron luego la ropa. Por lógica, aquel incremento que sea mayor será el que se moje más. La conclusión, se mojó más el que iba corriendo.
Bien, después de varios meses recibieron muchas protestas porque hubo algunos factores que no tuvieron en cuenta, por ejemplo, el que a mi me parece más grave, el caudal de lluvia. También el factor viento. Hicieron otro experimento este mucho más purista, en el que instalaron unas tuberías careadas, para obtener una lluvia uniforme y constante, y en un lugar cerrado para eliminar el factor viento. El resto lo hicieron idénticamente. Resultado, se mojó más el que va andando. Episodio 14 de la Tercera Temporada.
En otro orden de cosas, por internet encontré una persona, que como yo se preocupó por esto, y se lo curró mogollón, mucho más de lo que yo voy a hacer. Mediante ecuaciones calcula y demuestra que te mojas más andando que corriendo. Para aquel que no se lo crea está en el siguiente enlace:
http://javiermartinh1980.spaces.live.com/blog/cns!43F6C93C3278C64C!216.entry
El autor define según mi punto de vista, muy correctamente el estudio. No me enroyo más si queréis más información teórica consultad su artículo. Si la preferís práctica ahí arriba tenéis los episodios de Cazadores de mitos (Mith busters).
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Habría que tener en cuenta si hace viento y la fuerza con la que llueve. Si chispea lo mejor es correr,independientmente del viento. Si está lloviendo, y no hay viento, lo mejor tambien sería correr. Ahora si llueve y hace viento y si está lloviendo fuerte, independientemente del viento, da igual si corres o andas, xq te vas a empapar de todas maneras.
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